De El Corte Inglés mejor ni hablamos...
- Francisco Elorriaga
- 14 sept 2014
- 3 Min. de lectura
El pasado fin de semana falleció uno de los pesos pesados de la economía de nuestro país. El presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, ha muerto a primera hora de esta tarde a los 79 años de edad a causa de una insuficiencia respiratoria. Los distintos medios de comunicación no han tardado en alabar el trabajo y recordar los galardones obtenidos por Álvarez durante los 12 años en los que se encargó de la dirección del grupo de distribución español. El Corte Inglés se ha caracterizado siempre por ser una cadena discreta y sin grandes polémicas a su alrededor. Pero, ¿A qué se debe esta falta de escándalos? ¿Son realmente tan “buenos” como parece?
El modelo económico llevado a cabo por los medios de comunicación actuales gira en torno a los ingresos publicitarios. En un momento en el que la prensa está de capa caída y la tinta impresa cada vez está cayendo más en desuso, los medios de comunicación no pueden permitirse el lujo de perder un solo céntimo de los patrocinadores y empresas publicitarias. En medio de esta crisis global, que afecta de una forma bestial al mundo del periodismo, aparecen las grandes empresas con gran capacidad económica.
Concretamente, El Corte Inglés es la tercera empresa española que más dinero destina a la publicidad. Durante el pasado año 2013, la empresa que dirigía el difunto Isidoro Álvarez destinó casi 80 millones de euros en publicidad. A pesar de sufrir los estragos de la crisis, el dinero destinado a anunciarse en los medios únicamente se ha reducido en 8 millones de los casi 87 destinados en el año 2012. Entre los años 2007 y 2011, El Corte Inglés dejó en publicidad unos 488 frente a los 424 millones de los cinco años anteriores. El gasto en publicidad y el cuidado de la imagen corporativa son dos aspectos que la distribuidora española siempre ha cuidado con especial atención.

Teniendo en cuenta el dinero que destina El Corte Inglés a la publicidad y la absoluta necesidad que tienen los medios de comunicación de estos ingresos, no es extraño no ver informaciones que puedan dañar la imagen de la empresa. Siendo fiel al refrán de “no morder la mano que te da de comer”, los grandes grupos de comunicación prefieren hacer la vista gorda con cierto tipo de informaciones que podrían molestar al “amo”. La propia presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, Elsa González, aseguró hace unos años que “la publicidad de la empresa privada siempre ha influido. Y ahora, al escasear por la crisis, la influencia de los anunciantes que quedan es mucho más clara”.
Ocultar la diferencia salarial entre hombres y mujeres con artículos sobre los nuevos uniformes obligatorios para los mandos varones o la sentencia que tacha el sistema de promociones de El Corte Ingles de discriminatorio son solo dos ejemplos en los que los medios de comunicación han salido en defensa de esta gran empresa con el objetivo de que no se les cierre el grifo.

El dinero y el modelo económico de los medios de comunicación actuales hacen que las empresas con grandes capitales puedan proporcionarse un escudo que les aleje de polémicas y camufle cualquier información que pueda ser negativa. Durante los últimos 4 años han desaparecido más de 70 medios de comunicación por falta de ingresos publicitarios. Parece ser que, con tal de seguir recibiendo ingresos publicitarios, se ha optado por una bajada de pantalones, pasando por alto noticias perjudiciales sobre los anunciantes y, de vez encunado, publicando publicidad camuflada dentro de artículos informativos.
¿Cómo se puede confiar en unos medios que dependen de empresas privadas para subsistir? El Corte Inglés, Telefónica, los grandes bancos, las marcas de cosméticos o automóviles… Todas ellas ven en la televisión, en Internet, radio o prensa escrita un mundo perfecto capaz de lavar y cuidar su imagen. Mientras, la imagen del periodista va perdiendo su esencia para convertirse en simples marionetas de los más poderosos… El rollo de siempre.
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