Syriza gana, Rajoy y Merkel tiemblan
- Francisco Elorriaga
- 25 ene 2015
- 2 Min. de lectura
Algo está cambian en Europa. En un continente enfermo de una fuerte crisis económica, uno de sus pacientes más graves ha optado por dar un volantazo para cambiar su rumbo. Las recientes elecciones de Grecia han manifestado el hartazgo por toda una serie de medidas y restricciones que llegan en lengua alemana. Pero aunque la victoria de Syriza supone un rayo de esperanza para los ciudadanos griegos, que el partido hermano de Podemos e Izquierda Unida haya llegado al poder es algo que no debe haber sentado muy bien tanto a Mariano Rajoy como a Angela Merkel.
Alemania ve con miedo la llegada de Tsipras y su partido al gobierno griego. Cabe recordar que gran parte de la deuda griega pertenece a los bancos alemanes. Merkel sigue insistiendo en que el nuevo gobierno debe respetar el acuerdo firmado por sus antecesores con la Troika. Estos acuerdos que condenan al país a una serie de medidas de austeridad y recortes que, además de reducir drásticamente la calidad de vida de sus ciudadanos, ha contribuido a que Grecia alcance una deuda de 300.000 millones de euros, más de un 174 por ciento de su PIB. Uno de los puntos clave del programa de Syriza era el de la renegociación de la deuda. Tsipras aseguró que no dudarían en “suspender los pagos hasta que se haya recuperado la economía y vuelva el crecimiento y el empleo”. El aumento del salario mínimo, eliminar el copago sanitario, rebajas fiscales en los bienes de primera necesidad o abolir los privilegios fiscales de los que disfruta la iglesia son algunas de las medidas del programa con el que Syriza prevé salir del hoyo en el que se encuentra su país.
En España el Partido Popular también tiene motivos para preocuparse tras los resultados electorales griegos. El Partido Popular lleva años sin desperdiciar una ocasión para recalcar que “España no es Grecia”. Mariano Rajoy siempre ha asegurado que la situación de nuestro país es mucho mejor que la de nuestros vecinos mediterráneos. Esto no deja de ser cierto pero estas palabras pueden acabar volviéndose en contra de los populares. Qué pasaría si Syriza lo consigue, qué sucedería si Grecia, rechazando las medidas y los recortes impuestos desde Alemania, lograse salir del hoyo en el que se encuentra. Esto dejaría muy tocado a un partido que nunca ha dudado en realizar recortes en sanidad, educación o en derechos laborales con tal de mantener el favor de Alemania. Si esto sucediese, Mariano Rajoy se encontraría, hablando mal y pronto, con el culo al aire frente a un Pablo Iglesias que se aprovecharía de los triunfos griegos.
En cualquier caso la política ha dado estos días un giro que el tiempo dirá si se extiende por el resto de Europa. El resto de países mirará con gran atención al país cuna de la democracia para tomar nota y ver si la solución contra la crisis no es la austeridad que se nos ha estado vendiendo todo este tiempo.
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